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07/07/2022

Un proyecto educativo de Tomás Hnos. y Lartirigoyen

AgroPosta: el conocimiento sustentable en manos de los jóvenes

La digitalización y las nuevas tecnologías generan cambios vertiginosos en el agro. Los jóvenes, protagonistas indiscutidos de esta nueva ruralidad, pudieron acercarse a este aluvión de innovación en AgroPosta, la exposición interactiva organizada por Tomás Hnos. y Lartirigoyen, junto al Polo Científico Tecnológico de Trenque Lauquen.

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AgroPosta es un proyecto educativo de Tomás Hnos. y Lartirigoyen que tuvo su primera edición el jueves pasado en Trenque Lauquen, provincia de Buenos Aires. Estas dos empresas que en el mercado compiten como proveedoras de insumos y servicios para productores decidieron unirse para compartirle a las nuevas generaciones las últimas innovaciones tecnológicas ligadas a la sustentabilidad en el agro.

“El campo necesita a los jóvenes, por eso decidimos unirnos para mostrarles todo lo que el sector tiene para ofrecerles. Sumamos en este proyecto a la Municipalidad de Trenque Lauquen y a otras 11 empresas e instituciones”, apuntó Carlos Borla, presidente de Tomás Hnos.

“Somos dos empresas que ´coopetimos´. Competimos en el mercado y cooperamos en un proyecto superador como AgroPosta, que nos hace bien a todos. Esto es lo más atractivo”, sumó Ignacio Lartirigoyen.

“AgroPosta es una demostración práctica de que las brechas no existen. Siempre se trata de hablar y buscar objetivos comunes”, dijo Borla. “Esperemos que esto contagie a muchas más empresas. Necesitamos que la imagen del agro sea la real, que se conozca la verdadera importancia del sector. Los jóvenes son prioridad para este mensaje”, enfatizó Lartirigoyen.

La oportunidad del agro

Organizados por turnos y divididos en grupos, los estudiantes tuvieron la oportunidad de escuchar al consultor Carlos Becco hablando de la revolución digital del agro, también a dos jóvenes profesionales y dos emprendedores locales. En total, AgroPosta incluyó 11 postas en las que empresas e instituciones compartieron información sobre drones, mapeos satelitales, medición y captura de carbono, buenas prácticas, tokenización de granos, biotecnología y energías renovables.

“Estamos viviendo un momento excepcional y el campo ofrece muchas oportunidades. Hay un futuro fabuloso que los necesita”, le dijo Carlos Becco a un auditorio de casi 800 estudiantes de último grado de escuelas secundarias de Trenque Lauquen y alrededores. “El agro puede ser la solución al cambio climático, sin mencionar que además es un negocio brutal. Los consumidores están cambiando y hoy quieren productos donde –por ejemplo- se mida la huella de carbono”, ejemplificó el especialista. “Tenemos la oportunidad única de que los agricultores pasen de ser vistos como villanos a ser reconocidos como héroes”, acotó.

El éxito cerca de casa y en primera persona

La cercanía con lo propio, con el lugar donde se criaron, con los amigos. La conciencia de lo que significa tener calidad de vida es algo que define a las nuevas generaciones.

“En 2018 yo estaba ahí sentada como ustedes, con el mate y bostezando mientras escuchaba a los especialistas decirme lo que el campo tenía para ofrecerme. Estaba terminando el secundario súper indecisa y nada me encantaba. Cursé dos años de contador público, me aburrí y me di cuenta que no era lo que quería hacer. Pero participar de la Expo CTT Joven (organizada por Tomás Hnos.) fue lo que me abrió la cabeza y me mostró que en el país hay muchas oportunidades para nosotros, que la tecnología y la sustentabilidad son el camino. No se olviden que nosotros somos el futuro del agro. El futuro es nuestro”, arengó Zoe Lucero, oriunda de Carlos Casares y quien desde hace un año y medio trabaja en el área de administración de descarga de Tomás Hnos. mientras cursa la carrera de administración agropecuaria.

Al lado, Florencia Boquín, del programa Jóvenes Profesionales de Lartirigoyen, aportó lo suyo: “En febrero de este año entré al programa de jóvenes de Larti, donde vamos pasando por las distintas áreas y ganando muchísima experiencia. Yo entré en el perfil comercial y ahora estoy en el sector de logística, luego de pasar por insumos. Quería estudiar veterinaria pero no quería mudarme a 400 km de mi casa y me pasé a agronomía y me encanta”.

Franciso Argiró es un joven emprendedor de 30 de Agosto, en el oeste bonaerense, que pasó de decidir un futuro en Buenos Aires a volver a revolucionar el tambo familiar. Estudiante de administración de empresas, Franciso notó que Internet estaba cambiándolo todo y “las oportunidades eran interesantísimas”. Desarrolló sus primeras páginas web, se metió con los códigos, generó plataformas de venta online para varios sectores y hasta incursionó en un nicho de mercado con productos para seguridad permitral. Pero por un tema familiar volvió a su 30 de Agosto natal y le pidió a su padre hacerse cargo del pequeño tambo. “Lo primero que hice fue armar un tablero de control, como un videojuego. La cara de mi viejo no fue de aprobación precisamente”.

El resultado fue espectacular y Francisco hace dos semanas obtuvo la patente de un producto para medir los tanques de leche en los tambos. “Necesitamos gente acá en Trenque Lauquen que quiera empezar a programar. La oportunidad en el campo es mucho mayor de lo que pensamos”, dijo.

La experiencia de Francisco se replica en Emanuel Arqué, un estudiante de Ingeniería en Sistemas de la UTN, que actualmente trabaja en el Polo Científico Tecnológico en dos desarrollos: uno sobre inteligencia artificial para la detección de personas y alertar sobre situaciones de inseguridad y otro sobre el uso de drones en el conteo de animales y la detección de malezas.

“Luego vimos que en el sector había más necesidades. Falta mucha mano tecnológica y científica en el campo. Ellos laburan todo a partir del esfuerzo humano y nosotros podemos automatizar procesos y reducir los costos de los productores”, reconoció.

A partir de la tecnología de sensores, Emanuel lleva adelante otros desarrollos de medición de agua en bebederos, detección de caída de cercos perimetrales para que no se escape la hacienda. “Yo me vine a Trenque a estudiar porque era más barato que ir a Buenos Aires y me di cuenta que acá tengo muchas oportunidades de trabajo y la calidad de vida es mucho mejor. Nosotros no podemos desaprovechar esta oportunidad, el campo nos necesita a nosotros”.